Estamos a mitad de febrero y quizá hoy te encuentres con que algunas de tus metas para el 2020 están atrasadas o abandonadas y te estés sintiendo como: “¡Oh no, otra vez no lo logre!”.
Y más que eso quizá te estés preguntando: ¿Por qué, aunque realmente quiero lograr estas metas, me estoy autosaboteando?
Hay muchas razones, y hoy te compartiré una de las más importantes: Tu autoimagen.
Quizá has escuchado esta frase:
“Una casa dividida contra sí misma no puede prosperar”.
Esta es una verdad escrita en la biblia y vuelta un dicho popular. Pero alberga justamente la razón por la que te está costando cambiar.
Para lograr metas desafiantes que te lleven a otro nivel, vas a tener que estirarte muy fuera de lo que te es cómodo o lo que piensas que puedes lograr. Esto te llevará a una lucha interna entre lo que quieres y lo que estás programado a ser o tener. Para comprender esto, quisiera comentarte un poco de cómo funciona tu mente.
La mente se divide en dos partes.
- La mente consciente: Es la parte intelectual de la mente, donde razonamos y donde tomamos consciencia de lo que sucede a nuestro alrededor, a través de nuestros sentidos. La mente consciente tiene la facultad de decidir, es decir, aceptar o rechazar algo. Es la parte lógica que define tu meta y te dice: Si aumentas tus ingresos en un 10% vas a poder ahorrar lo suficiente para comprar una casa.
- La mente subconsciente: Es la parte emocional de la mente y es como un almacén de tu programación. Esta parte de la mente, al contrario de la anterior, no decide, sino que obedece en base a una programación establecida. Esta programación se fue definiendo principalmente en los primeros años de tu vida y luego la fuiste reforzando a través de tus experiencias de vida. Allí están almacenadas tus creencias, hábitos, experiencias positivas y negativas, recuerdos, miedos, etc. Este almacén crea lo que llamamos autoimagen, es decir la idea que tenemos de lo que somos capaces de hacer o lograr.
La autoimagen es muy poderosa, pues si tu crees que no puedes lograr algo, aunque racionalmente sea posible, aunque tengas la capacidad de hacerlo, aunque tengas las habilidades, no lo lograrás.
Entonces, cuando tu mente racional dice: Mi meta es crecer financieramente un 10% para comprar la casa, tu mente emocional va a tu autoimagen (el almacén de tu programación) y dice: “Pero yo nunca he podido ahorrar un quinto”, “Mi mamá se endeudó por la casa y la pasamos muy mal”, “Poca gente que conozco tiene casa propia”, “No me veo capaz de aumentar mis ingresos este año”.
¿Y quien crees que va a ganar en esta batalla? ¡Tu autoimagen! Como te he dicho, si estás convencido de que no puedes lograr algo, o que ese algo no va con quien tu eres, aunque conscientemente te esfuerces, no lo lograrás, porque estarás trabajando contra ti mismo.
Incluso si al principio del año comenzaste con toda la emoción y la disciplina, si no has hecho un cambio real en tu programación, pronto abandonarás el esfuerzo o te autosaboteas para estar en congruencia con lo que crees de ti.
Entonces, uno de los primeros pasos para lograr tus metas, es trabajar en ampliar tu autoimagen (observa la figura).
Suena fácil pero no lo es, porque estás luchando contra lo que crees de ti mismo. Por hoy te puedo decir que si puedes ampliar tu autoimagen, empleando técnicas que te ayuden a descubrir tus posibilidades y romper las barreras que te has autoimpuesto.
En el post de la otro semana estaré explicando algunas técnicas que te ayudarán a ampliar tu autoimagen, como las que comparto en este documento: 6 estrategias para lograr tus metas.
Por el momento te puedo decir que no te desanimes, si trabajas en forma consistente y comprendes cómo vencer estas barreras, poco a poco irás ampliando tus posibilidades y logrando metas aún más grandes.
Y vale la pena, porque tu ¡Naciste para Brillar!
Muy edificante la información, me gustaría profundizar un poco y evaluar la posibilidad de secciones de coaching.