“Las batallas son ganadas y perdidas primero en la mente”.

– Juan de Arco.

¿Quieres saber una de las mayores razones por las cuales nos frustramos y terminamos abandonando metas y proyectos importantes? ¡Nuestras propias expectativas mal definidas y manejadas nos aplastan!

Se ha puesto muy de moda el término visualizar, que significa ver en tu mente lo que quieres lograr. Pero a veces, cuando no sabemos administrar nuestras expectativas, esta visualización más bien puede ser frustrante.

Este tema en lo particular es un dolor de cabeza para algunas personas cuyo temperamento les pide resultados rápidos y un alto nivel de excelencia. Al no darse los resultados, la persona se frustra.  

En mi caso ha sido una de las áreas con las que más batallo y me ha causado más de un dolor de cabeza, lágrimas y proyectos frustrados.

5 estrategias para aprender a manejar tus expectativas y que no te aplasten

Si al igual que yo, estás batallando con el peso de tus expectativas, hoy te comparto 5 estrategias que te ayudarán a administrar tu mente para manejar las expectativas en forma correcta.

  1. Aprende a definir las metas y resultados correctamente. El equilibrio entre una meta realizable y inspiradora es un poco difícil de lograr. La meta debe ser tal que te inspire, pero que tu mente piense que la puedes lograr. Si te trazas una meta inalcanzable, aunque hagas el esfuerzo, pronto te terminarás frustrando. Ten cuidado de dividir tu visión en metas estratégicas, y estas a su vez dividirlas en metas realizables.
  2. Aprende a ver las cosas en su verdadera perspectiva: Sé objetivo contigo mismo. Analiza si las expectativas no se dieron por factores externos o por elementos bajo tu control. Así evitarás caer en el error de culparte cuando no debes hacerlo.
  3. Vive en el presente al enfocarte en el proceso: Aprende a disfrutar el proceso tanto como la meta final. Ayuda a tu mente a comprender que es un proceso al celebrar tus logros grandes, pequeños e intermedios
  4. Anticipa problemas y atrasos: Toma en cuenta que un plan es una visión a un futuro que no podemos controlar. Habrá atrasos y problemas que ni se te han ocurrido. Al entenderlo podrás ponerte expectativas realistas.
  5. Aprende a dejar ir: Algunas veces definimos metas o visiones equivocadas, y por terquedad no queremos dejarlas ir. A veces simplemente hay que reconocer que no lo logramos. Aprender a dejar ir es confiar que lo mejor siempre está por venir, a pesar de lo que haya pasado ahora.
  6. Se más amable contigo mismo: Aprende a quererte a pesar de los obstáculos, problemas y fracasos. Cuando algo no sale como quieres, es natural que te sientas mal, pero si a eso le agregas ataques y juicio, te sentirás aun peor. Date espacio para procesar, descansar, llorar. Luego te levantarás y comenzarás de nuevo y volverás a tratar.

¡Recuerda que tú tienes el poder de manejar tus expectativas! Este proceso implica desarrollar nuevos hábitos, lo que puede ser desafiante, pero también es un camino lleno de posibilidades y crecimiento personal. No te desanimes si las cosas no suceden de la noche a la mañana, porque cada pequeño paso que das te acerca más a tu mejor versión.

Autocoaching

Toma un tiempo para analizar cómo manejas tus expectativas, y si esto te ayuda a lograr tus metas o más bien te desanima.

Tu coach,

Jessica Calderón