“Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y ser más, eres un líder”.
–John Quincy Adams
¿Estás brillando en tu liderazgo hoy?
El mundo clama por buenos líderes: aquellos que den lo mejor de sí y nos impulsen a alcanzar nuestro máximo potencial.
Por eso hoy quiero dejarte un mensaje es claro: ¡Si eres líder, el mundo necesita que brilles!
Ser un líder requiere valor. Aunque todos llevamos dentro el potencial de brillar, no todos toman la decisión de hacerlo, porque no están dispuestos a asumir los costos que ello conlleva.
Lo paradójico es que la mayoría de las personas si quieren brillar. Pero cuando se les confronta con la realidad de lo que se necesita para lograrlo, se dan cuenta de lo que esto implica y toman la decisión de no hacerlo.
Brillar significa:
- Relacionarte con personas que brillan, lo que puede ser intimidante.
- Romper con lo familiar y aventurarte en lo desconocido.
- Atreverte a tomar decisiones correctas, aunque no sean populares.
- Alejarte de quienes optan por no destacar.
- Adoptar hábitos de excelencia y dejar lo que te detiene.
Sin embargo, como líderes, nos debemos a aquellos a quienes lideramos. Por eso necesitas mirar más allá de ti mismo y cuestionarte: ¿Cuál es mi responsabilidad como líder?
Al hacerlo, reconocerás que tu compromiso es con tu equipo, tus seguidores o “la tribu”. Solo cuando comprendas esto, dejarás de lado las inseguridades y realmente aceptarás el reto de brillar.
Decide volar
Hace tiempo, escuché sobre un águila que, por accidente, cayó de su nido y terminó en un gallinero. Con el tiempo, el águila adoptó costumbres de gallina, picoteando el suelo. Pero siempre sintió que era distinta.
Un día, al ver a otra águila en el cielo, algo en su interior se encendió. Quiso volar, pero el criador, temiendo que escapara, le cortó las plumas. Aunque quedó atrapada, el deseo de volar no desapareció.
Al tiempo una tormenta azotó el lugar. Como siempre, las gallinas corrieron a esconderse, mientras le gritaban al águila que se apurara. Honestamente las gallinas eran buenas amigas y querían que el águila estuviera segura. Las gallinas no podrían jamás entender que el águila, aunque las apreciaba, era águila, no gallina.
Y justo en ese momento el águila extendió sus alas y se dio cuenta que sus plumas habían crecido. El águila estaba lista para volar, pero tenía que tomar una decisión: quedarse con las gallinas, sus amigas, o aventurarse a lo desconocido con las águilas.
Allí el águila entendió algo esencial: nunca sería una gallina excelente, pero tenía el potencial de ser una gran águila. Y con esa certeza, extendió sus alas y emprendió el vuelo.
Comienza a liderar con todo tu brillo
Si hoy te sientes como esta águila, es hora de que extiendas tus alas y empieces a liderar. Para ello te invito a:
- Rodearte de líderes: Estos te apoyarán, creerán en ti y te retarán a ser tu mejor versión.
- Desafiarte: Como decía mi mentor Paul, “lánzate y descubre tus alas en la bajada”. Crecer significa actuar, arriesgar y aventurarse. Al hacerlo, descubres nuevas habilidades que ni sospechabas que tenías en ti.
- Crecer: Las águilas solamente vuelan con águilas. Si quieres unirte a las águilas debes crecer: invierte en tu conocimiento, habilidades y relaciones. Crecer no es fácil, pero vale la pena.
- Aprender a confiar en ti: Desarrolla una confianza inquebrantable al reconocer tus habilidades y debilidades y aprender a aprovecharlas.
- Buscar apoyo: Busca un coach que te ayude a identificar tus límites y te impulse más allá de lo que consideras posible.
Si este texto te hace sentir como el águila en el gallinero, dándote cuenta de que tienes un gran potencial para brillar, pero que no lo estás haciendo, es tu momento. Requiere valor y enfrentarás desafíos, pero si llevas un águila dentro, es hora de volar.
Autocoaching
- ¿Qué impacto real estás creando a través de tu liderazgo?
Tu coach,
Jessica Calderón