La visión personal tiene la cualidad de llenarnos de emoción. Es como una chispa interior que nos mueve a la acción. Pero la inspiración es apenas la primera parte. Construir la visión es lo difícil, pues nos confronta con la realidad de que nuestras circunstancias generalmente no están en línea con lo que esperamos lograr.
Mi realidad era muy diferente a mi visión, no tenía invitaciones a dar conferencias, no generaba ingresos, no tenía contactos y peor aún, no sabía ni por donde comenzar.
Me hacía algunas preguntas que eventualmente se convirtieron en un gran obstáculo para lograr mi visión, a tal punto que en más de una ocasión quise renunciar. La emoción de la visión se estaba apagando porque no encontraba las respuestas a estas preguntas:
- ¿Por dónde comienzo?
- ¿Cómo lo hago?
- ¿Cuál es la forma correcta de hacerlo?
- ¿Estoy logrando el resultado?
- ¿Va a funcionar?
¿Te suenan familiares? Quizá alguna de estas preguntas te está deteniendo de construir tu visión, como casi pasa conmigo. Afortunadamente, con persistencia encontré respuestas que me permitieron seguir avanzando y con el tiempo me convertí en conferencista y coach internacional. Esto me llevó a experiencias muy emocionantes, como ser maestra de un programa de desarrollo de coaches a nivel de Latinoamérica y acompañar en el escenario al gran autor John Maxwell. ¡Y hoy me encuentro muy feliz construyendo una nueva empresa! Por eso quiero compartirte mis respuestas a estas preguntas y no te extrañe que sean tan sencillas, porque realmente son poderosas.