Así como tu brillo es único y viene de tu interior, la responsabilidad por encontrar este brillo recae en ti mismo. Este es el principio de la responsabilidad personal, un líder no tiene por qué esperar que alguien más se haga responsable de su desarrollo.
Brillar está al alcance de todos los líderes, y el primer paso para hacerlo es el reconocimiento de que YA tienes en ti el potencial de brillar. Una vez que dejes el auto juicio y te convenzas de que tienes en ti cualidades y habilidades que pueden llevarte a un nuevo nivel de desempeño, entonces puedes seguir avanzando en tu viaje de crecimiento.