Hace algunos años, en una junta de una organización se estaban eligiendo a un nuevo líder, sucede que dos personas teníamos los requisitos para el puesto, un hombre y yo. Para mí fue una gran sorpresa que cuando se hizo la discusión, alguien propuso mi nombre, pero no se me consultó si podía asumir la posición, si me interesaba o si tenía las calificaciones, simplemente la propuesta fue ignorada por las demás personas de la junta. En seguida alguien propuso a la otra persona y se procedió a la votación, y como era un único candidato, desde luego se le otorgó la posición de liderazgo.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, es importante comprender que las mujeres luchamos por una igualdad de oportunidades. No por un favoritismo. En este caso que te cuento, yo tenía tanta preparación para asumir la posición como la otra persona, pero mi nombre simplemente fue ignorado. Eso se llama perjuicio de género.

En los últimos años he tenido la oportunidad de ser coach ejecutiva y de liderazgo de varias mujeres líderes con logros impresionantes: presidentas, vicepresidentas, directores, de organizaciones locales e internacionales, que dirigen operaciones millonarias, con cientos y hasta miles de colaboradores. También he apoyado a empresarias, aspirantes a empresarias, microempresarias e incluso estudiantes universitarias, tanto de Honduras como de Latinoamérica.

El trabajar con estas líderes me llevó a tomar aún más consciencia de los prejuicios que viven las mujeres líderes y cómo nos afectan en nuestro desempeño, nuestra carrera, nuestra autoestima y autoimagen y finalmente en la sociedad.

Sin embargo, se ha demostrado ampliamente que los grupos con diversidad de género tienden a ser más productivos que aquellos que no son diversos.

El perjuicio se vence con información y educación, por eso hoy te quiero compartir 4 prejuicios comunes, según lo explica Joan C. Williams profesora de Leyes de la Universidad de California, en la serie de videos de la organización https://leanin.org/ .

¿Qué es el prejuicio?

Para comenzar es importante comprender que la mente es experta en tomar atajos que nos hacen más eficientes, por eso cuando vemos cierta situación, asumimos algo de ella, aunque no sea cierta. Eso es lo que se llama prejuicio.

Por ejemplo, asumimos que un líder es una persona fuerte, valiente, que toma riesgos, con una personalidad imponente. Y es más fácil imaginarse a un varón en este papel, porque asumimos que la mujer es más dulce, maternal, con un rol de apoyo, y en un papel menos visible.

Como pueden ver, este simple prejuicio hace que haya más oportunidades de liderazgo para hombres que para mujeres.

4 prejuicios comunes

A continuación, te comparto estos cuatro prejuicios, estoy segura que si tienes una posición de liderazgo debes haber sufrido más de alguno:

  • Probarse una y otra vez.
    1. Independientemente de los estudios, experiencias y logras, es muy común que la mujer deba probar una y otra vez que es capaz de asumir un nuevo reto.
    2. ¿Qué puedes hacer?
      • Lleva un récord claro de tus logros. Siéntete orgullosa de ellos y no tengas miedo a darlos a conocer.
      •  No temas levantar la mano cuando notes que una de tus ideas o propuestas fue ignorada o atribuida a otra persona.
      • Aprende y practica las conversaciones difíciles, para cuando tengas que defender tu perspectiva o tu propuesta.  
  • La barrera de la maternidad.
    1. La maternidad hace que las personas piensen que las madres son menos comprometidas o que no pueden hacer ciertas labores. El perjuicio afecta a todas las mujeres por igual.  
    2. ¿Qué puedes hacer?
      • Has saber a la empresa que estás comprometida.
      • Se muy cuidadosa con tu organización y con tus expresiones. No uses como excusa a tu familia.
      • Se realista con tu capacidad. No te juzgues y organiza tu tiempo según tus prioridades y condiciones.
  • Cuerda Floja: Entre femenino y masculino
    1. En el ambiente laboral se espera que seamos competitivos, asertivos, directos y enfocados, pero la mujer se considera dulce y amable, no asertiva y directa. Si asume un papel dulce se le ve débil, si asume un papel asertivo se le ve pesada.
    2. ¿Qué puedes hacer?
      • Toma consciencia de tu forma de comunicarte y tu lenguaje no verbal. Aprende a distinguir las situaciones en las que puedes asumir un rol amable o uno asertivo.
      • Se amable y servicial, pero no permitas que te encasillen en un rol de soporte.
      • No te cortes ni bajes tu tono de voz al hablar, se clara y asertiva sin ser pesada u hostil.
  • Lucha por el territorio: Conflicto entre mujeres.
    1. Ambientes laborales con prejuicio provocan que las mujeres tomen distancia entre ellas y papeles antagónicos contra otras mujeres líderes.
    2. ¿Qué puedes hacer?
      • No juzgues las condiciones o la situación de otra mujer.
      • Se directa al resolver conflictos. Busca soluciones.
      • Conviértete en una heroína de la lucha por la igualdad apoyando a otras mujeres en crecimiento.
      • Detén a otras mujeres cuando estén actuando por perjuicio.

Quizá has experimentado más de alguno de estos prejuicios, se que yo he vivido los cuatro. Puedes bajar en este link la Hoja de Trabajo para tomar acción si estás viviendo o sabes de alguien que está viviendo uno de estos prejuicios.

Si has vivido una experiencia y la has superado con éxito, te invito a que la compartas para que otras mujeres seamos empoderadas e inspiradas. También puedes iniciar un círculo de crecimiento de mujeres bajo el programa LeanIn.org.

Hay mucho espacio para crecer para las mujeres líderes y lo podemos hacer si poco a poco nos educamos en comprender estos prejuicios y en apoyarnos unas a otras.

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